LA CÉLULA
La célula (del
latín cellula, diminutivo de cella, ‘hueco’) es la unidad morfológica y
funcional de todo ser vivo. De hecho, la célula es el elemento de menor tamaño
que puede considerarse vivo. De este modo, puede clasificarse a los organismos
vivos según el número de células que posean: si solo tienen una, se les
denomina unicelulares (como pueden ser los protozoos o las bacterias,
organismos microscópicos); si poseen más, se les llama pluricelulares.
Existen dos
grandes tipos celulares:
- Procariotas que comprenden las células de arqueas y
bacterias.
- Eucariotas, divididas tradicionalmente en animales y
vegetales, si bien se incluyen además hongos y protistas.
Características
Las células, como
sistemas termodinámicos complejos, poseen una serie de elementos estructurales
y funcionales comunes que posibilitan su supervivencia; no obstante, los
distintos tipos celulares presentan modificaciones de estas características
comunes que permiten su especialización funcional y, por ello, la ganancia de
complejidad. De este modo, las células permanecen
altamente organizadas a costa de incrementar la entropía del entorno, uno de
los requisitos de la vida.
Tienen enzimas y
otras proteínas, que sustentan, junto con otras biomoléculas, un metabolismo
activo.
Características
funcionales
Estructura
tridimensional de una enzima, un tipo de proteínas implicadas en el metabolismo
celular.
Las células vivas
son un sistema bioquímico complejo. Las características que permiten
diferenciar las células de los sistemas químicos no vivos son:
- Nutrición. Las células toman sustancias del medio,
las transforman de una forma a otra, liberan energía y eliminan productos de
desecho, mediante el metabolismo.
- Crecimiento y multiplicación. Las células son capaces de dirigir su
propia síntesis. A consecuencia de los procesos nutricionales, una célula crece
y se divide, formando dos células, en una célula idéntica a la célula original,
mediante la división celular.
- Diferenciación. Muchas células pueden sufrir cambios de
forma o función en un proceso llamado diferenciación celular. Cuando una célula
se diferencia, se forman algunas sustancias o estructuras que no estaban
previamente formadas y otras que lo estaban dejan de formarse. La
diferenciación es a menudo parte del ciclo celular en que las células forman
estructuras especializadas relacionadas con la reproducción, la dispersión o la
supervivencia.
- Señalización. Las células responden a estímulos químicos
y físicos tanto del medio externo como de su interior y, en el caso de células
móviles, hacia determinados estímulos ambientales o en dirección opuesta
mediante un proceso que se denomina quimio taxis. Además, frecuentemente las
células pueden interaccionar o comunicar con otras células, generalmente por
medio de señales o mensajeros químicos, como hormonas, neurotransmisores,
factores de crecimiento... en seres pluricelulares en complicados procesos de
comunicación celular y transducción de señales.
- Evolución. A diferencia de las estructuras
inanimadas, los organismos unicelulares y pluricelulares evolucionan. Esto
significa que hay cambios hereditarios (que ocurren a baja frecuencia en todas
las células de modo regular) que pueden influir en la adaptación global de la
célula o del organismo superior de modo positivo o negativo. El resultado de la
evolución es la selección de aquellos organismos mejor adaptados a vivir en un
medio particular.
Forma
y función
Respecto de su
forma, las células presentan una gran variabilidad, e, incluso, algunas no la
poseen bien definida o permanente. Pueden ser: fusiformes (forma de huso),
estrelladas, prismáticas, aplanadas, elípticas, globosas o redondeadas, etc.
Algunas tienen una pared rígida y otras no, lo que les permite deformar la
membrana y emitir prolongaciones citoplasmáticas (pseudópodos) para desplazarse
o conseguir alimento. Hay células libres que no muestran esas estructuras de
desplazamiento pero poseen cilios o flagelos, que son estructuras derivadas de
un orgánulo celular (el centrosoma) que dota a estas células de movimiento. De este modo, existen multitud de tipos celulares,
relacionados con la función que desempeñan; por ejemplo:
- Células contráctiles que suelen ser alargadas, como las fibras musculares.
- Células
con finas prolongaciones, como las neuronas que transmiten el impulso nervioso.
- Células
con micro vellosidades o con pliegues,
como las del intestino para ampliar la superficie de contacto y de intercambio
de sustancias.
- Células
cúbicas, prismáticas o aplanadas como las epiteliales que recubren superficies
como las losas de un pavimento.
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